La primera vez que escuché me explicaron que existía una categoría llamada “agua saborizada” no podía imaginarme cómo era el producto. Gracias a Free Light entendí, aún recuerdo ese comercial con la voz (Colombiana?) que decía que el agua no era suficiente, “es’agua”.
Free Light era una bebida difícil por su edulcorante, Stevia, que le otorgaba un sabor vegetal “muy natural” para nuestro paladar acostumbrado al azúcar nuestro de todos los días. Aún así, Free Light me quitaba la sed y no empalagaba tanto como una gaseosa.
La otra alternativa en el mercado era Dasani, personalmente me gustaba más la versión sabor a Durazno y curiosamente comprobé sus propiedades curativas post resaca. Valgan verdades, la primera vez que uno tomaba estas bebidas se sentía que algo faltaba, era como tomar refresco sin azúcar o gaseosa tibia.
Sin embargo, con el tiempo se podía volver un gusto adquirido, como en mi caso. Lastimosamente no sucedió así con el resto del mercado supongo yo, porque ambas bebidas desaparecieron. CORRECCIÓN: todavía hay Free Light, esta al final de las góndolas 
Hacia ya varios meses que vi unos afiches donde se presentaba a “Sline” como una nueva bebida sin azúcar. Recién hasta que probé su nuevo sabor a Piña es que me animé a comentar…
Vamos a ver, Sline sabe bien y es ligera, si leen el contenido nutricional es prácticamente agua con vitamina C. Mi comparación instintiva fue con Aquarius, por la transparencia y el espacio “no gaseosa y no jugo” que ocupan. Eso sí, no será tan fácil de encontrar porque lo fabrican en la Ciudad Blanca pero parece que les va bien porque percibo que ha mejorado su distribución.
Para mi es un alivio que exista una alternativa como Sline, creo que a muchos les puede gustar el sabor súper ligero y afrutado que tiene. Su nombre hace referencia a mantener la línea y si tuviera que decir cuál es el insight diría: “sabor sin preocupaciones, Sline dibuja las frutas que me gustan”.
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