No hay (galleta) sin suerte…

Desde hace ya varios años se viene construyendo una imagen más optimista tanto del Perú como de los peruanos y las razones por las que consumimos. Lo deben haber visto en campañas que resaltan cuán creativos, luchadores y progresistas son los peruanos. Lo deben haber visto en las últimas campañas que ponen Perú en letras grandes (y a veces subliminales) definiéndola como una marca paraguas importante.

Sin embargo, lo que no había visto hasta ahora es que el optimismo fuera tal que hiciera que una categoría pueda jugar a ser vista de otra manera… me refiero a la galleta Fortuna, “una galleta salada con suerte”.

Me gusta el planteamiento de esta marca que hace algo arriesgado, posiciona a todas las galletas como “saladas” y se autoproclama como la (única) afortunada. La propuesta además es complementada por un empaque que tiene colores de… huayruro y si se dan cuenta, el logo tiene uno escondido dentro de la “o” de Fortuna. En mi caso la asociación hizo que pensara en un casino así que las galletas alargadas las terminé viendo como cartas y sentí que la galleta era bien lúdica, y timbera (lo cuál no sé que tan bueno sea).

Es cierto que para ser una marca nueva aún no ha tenido un lanzamiento muy sonado pero me pareció más que afortunada, una galleta entretenida. La marca tiene un espacio para hacer comerciales estilo “El secreto” donde lo que uno quiere se consigue por que lo buscamos (optimismo peruano) y con la ayudadita de la salada más afortunada.

Hay un insight del consumidor peruano detrás de esta propuesta, no solo es el esfuerzo, creatividad o progreso. Es reconocer que ese lado supersticioso que nos dice que también hace falta un poco de buena suerte para que las cosas salgan bien. “Doy todo de mi parte,  pero me como una Fortuna por si acaso”.

Así que pruébenla y me dicen cómo les fue.