Navidad, Navidad… regalos y súper cena navideña. Una fiesta de comida, comida y comida que muchos esperan con ansia y algunas sufren por hacer un paréntesis (pequeño eso si) en la dieta veraniega.
En medio de estas complicaciones aparece un novedoso poco ortodoxo panetón. Pensé que los había visto casi todos pero gracias a econews encontré algo intrigante: un Avenatón, es decir un panetón con avena.
Me gustó la caja, ese azul saludable. Las reacciones pueden ser muy diversas, desde “qué rico”, “qué saludable” o acaso alguna mueca. Sin embargo, esas reacciones corresponden a la asociación con Avena y la dificultad de pueda haber de relacionar la avena (líquida) con el panetón.
La prueba de sabor es también un tema controvertido, lo probé con unos amigos y la percepción es que no es tan atractivo como un panetón D'Onofrio o Gloria (el de la receta de oro, q buena!). Un sabor desconocido ya sea porque algunos encontraron una avena naufraga en medio de la masa del panetón o porque la nueva textura podría parecerle “seca” a alguien.
Lo importante no es el sabor obviamente sino cuál es el rol que cumple este Panetón.
Es más, me di cuenta que la foto individual del panetón no lo muestra en su máxima expresión ni ayuda a entender cuál es su insight.
Seguramente han visto a “alguien” en una pollería que pide con su cuarto de pollo a la brasa y papas fritas, una Inka Kola “diet”. O tal vez aquella persona que luego de un suculento almuerzo pasa por una tienda para comprar una botella de agua. En ambos casos no sirve ver al producto en su momento de compra sino ver que simboliza, cómo limpian o expían las posibles culpas por “pecaminoso consumo de grasa” (Ok, tal vez no tanto así pero estoy dramatizando).
Ahora imaginen la mesa navideña, el pavo (sí, ese que brilla), las ensaladas (con mayonesa) y todo lo demás. Ahora pongan en esa mesa el panetón con avena, no les tranquiliza un poco?
Esta navidad, comeré por lo menos un bocado saludable, un Avenatón.
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